F de... F de Felicidad

|

No sé que sucede, bueno en realidad sí sé pero no quiero hacerme la idea de que sea así. Fue tanto lo que compartimos, fue tanto lo que nos dijimos... Y pensar que ahora es un hola casi escarchado, no sé si sentirme bien por poder hablarte de nuevo o sentirme mal por como eres. Estoy tratando de aferrarme a la primera por el amor que te sigo teniendo aun, aunque cueste, aunque me saques pedazos con tus palabras. No te dejaré, no de nuevo..

...

|

¿Será tarde aún para volver atrás? Tal vez lo sea en cierta manera, pero hace tanto que no sé nada de ti. Cada vez pienso un poco más que me equivoqué...

Las Hojas y el Árbol - del libro: "Así hablaba Quetzalcóatl"

|








Había una vez un árbol cuyas hojas creían ser "no árbol". Y cada hoja crecía por su cuenta creyéndose "no árbol". Un día vino el Viento de las Circunstancias y con sus manos invisibles lanzó a las hojas unas contra otras. Y cuando se fue el Viento de las Circunstancias se quejaron entre sí y se encerraron en "si mismas", y se apartaron de todas aquéllas hojas que no nacían de su rama.
Llegaron los tiempos sin Viento, y las hojas se odiaban entre sí, y apenas se unían las que nacían de una misma rama para que las vecinas hojas que formaban otras ramas lanzaran contra ellas palabras hirientes. Y nuestro hermano el árbol sufría en sí mismo, y cada día se debilitaba, y cada noche eran menores sus fuerzas. Pasaron varios inviernos, y entre las últimas generaciones de hojas, nació una que así habló a todas cuando la hermana Brisa le prestó la fuerza y el alma del Árbol le dio la Sabiduría:
- Hermanas, ustedes viven todavía en la ceguera de las dos dimensiones de sus egos, y por ello solo viven su individualidad como hojas independientes unas de otras, hasta tal punto que creen que aquéllas que ven fuera de ustedes no son ustedes mismas, mas solo tendrían que abrir un poco más los ojos a la comprensión para sentir que en tres dimensiones todas están enlazadas por las ramas, y aún estas ramas están a su vez unidas al tronco, y aún este tronco está unido a la tierra y al aire. Comprendo su actitud al enfrentarse, porque eso solo lo crea la ignorancia que nace de creer ser las particularidades que la mano del Tiempo unida a las de la Evolución y la Adaptación ha hecho de cada una de ustedes una hoja completamente diferente a todas sus hermanas.
Cuando a través del estudio sobre ustedes mismas profundicen en el conocimiento de si, irán ampliando su conciencia hasta Ser UNA con todas, y entonces serán el Árbol. Entonces, ¿cómo criticarán a las hojas hermanas si son ustedes mismas en otras circunstancias? ¿Cómo maltratarán a otras partes de ustedes mismas? ¿Cómo tratarán de cortar el progreso de ustedes mismas en otras partes del Ser Árbol? Y cuando venga el Viento de las Circunstancias en lugar de sembrar odio entre ustedes, sembrará el Amor, y en lugar de enfrentarlas las unirá en una caricia, en un prolongado abrazo que haga que el Ser árbol sea consciente de sí en todas las partes de sí mismo.
Y una hoja que habitaba una rama que decía tener la Verdad porque había encontrado el Sol, buscando en la dirección Norte, le dijo:
- ¿Pretendes hacernos creer que las hojas que habitan aquellas otras ramas que dicen haber encontrado la Verdad de nuestro Sol caminando en sentido opuesto a nosotras, no están equivocadas?
Y ella le respondió con una gran quietud en sus palabras: eso mismo quiero decir; mas ¿cómo te lo probaría a tí que aún estás fanatizada y no sabes dejar de ser solo una simple hoja para sentir y fundirte con las hojas de esas otras ramas? Si lo hicieras verías con asombro que a todas llega el Sol de la Verdad, y si aún alargaras más tu Conciencia y fueses Una con el Árbol, ¡qué gran alegría tendrías al saber que todo el Árbol va hacia el Sol!
Mas esta experiencia solo puede nacer de tí, porque en cada hoja el Árbol se conoce a si mismo en una etapa, y en un camino, y en cada hoja respira de una forma y siente de una forma. Y es el equilibrio de todas, el Amor que une a todas ellas, lo que lo hace crecer en el conocimiento de sí.
Olvídate de ser una hoja para ser Árbol. Siente por las hojas que ves fuera de ti tanto como sientes por "ti misma" y estarás en el camino de ser Árbol. Y así se irá ampliando tu conciencia de ti misma. Debes saber que en la Realidad Objetiva tú eres más árbol que hoja.  
Y diciendo esto guardó silencio y todas sintieron en lo más profundo de su ser que el Árbol había hablado en ella y que algo empezaba a hablarles dentro de "ellas mismas". Y cuando aquel año vino el Viento de las Circunstancias y las lanzó a unas contra otras, ellas estaban alegres, porque de esta forma entraban en contacto y se comprendían en las demás.



Utópico

|


Sentía que cada vez que hablaba contigo te conocía menos a pesar de las largas horas de conversación que pasábamos al teléfono, quizás sea que cuando llegaba la noche alguno de los dos cambiaba y sufría una especie de metamorfosis; nos volvíamos del mismo polo y por más que se trate de mantener unidos no se puede. Es la siempre engañosa esperanza la que te hace creer en aquello que simplemente no es, es la ilusión pura de tu ser queriendo cambiar las cosas, pero ¿qué es aquello que alimenta esa ilusión?, sería la necesidad de tenerte, quizás el cariño que lograste dar a luz en mí. Eres tan libre como un ave sobrevolando las montañas, pero a la vez eres tan cuidadosa como un suricato observando siempre que aquel que se te acerque no te pueda lastimar, y es que cuando tienes una herida por más que el tiempo pase y ésta se encuentre cicatrizada la huella que queda difícilmente se borrará.
Una vez que nos encontrábamos sentados en aquel banco número  siete (por alguna razón siempre te gustó aquel banco) me lo dijiste mientras tenía mi manos sobre la tuya, me dijiste que tenías miedo y no sabías si esto iba funcionar que la herida que te habían dejado estaba latente aun y no querías sufrir otra vez, que creías que yo no estaría para cuando me necesites o viceversa, además tenías la idea que yo aún quería a mi ex, luego mencionaste que era mejor ser solo amigos o conocidos quizás. Era imposible disimular la tristeza en una situación así, una hoja de tono anaranjado calló sobre mi mano, era como si aquella plaza en la que estábamos tuviera oídos y quisiera demostrar su complicidad con nosotros. Luego sujeté tu mano firmemente y te dije que aunque quizás llevamos pocos días conociéndonos, hemos compartido esos días casi en su máximo, que me agrada tu forma de ser tan espontánea, tan divertida y cariñosa conmigo, además de que me gusta que seas lenta para comer, creo que eso dibujó una especie de sonrisa en tu rostro; ver aquella sonrisa me devolvió la mía y a la vez la ilusión de seguir compartiendo contigo como lo habíamos hecho hasta ese momento.  Entonces te abracé y puse mi casaca por sobre nuestras cabezas (ya que no te gustan mucho las demostraciones en público), para luego darte un beso en aquella sonrisa que será difícil de olvidar.
Creo que siempre se corre un riesgo ante cualquier cosa o persona y el riesgo que tomé contigo está asumido, pero sin duda valió la pena afrontarlo cuando se trataba de ti. Eso tuve en mi mente aquel día porque me hacías sentir eso. Pero la noche vuelve a llegar siempre aunque uno no quiera y en ocasiones es tan oscura que no te deja distinguir bien a las personas. Lo importante es que seguí contigo pudiendo aclarar cada vez más nuestras noches. Pienso que después de todo las utopías que algunos consideran ilusiones o idealizaciones del intelecto, pueden ser alcanzadas y ser llevadas a la realidad si hay una gran fuerza que te mueva y esa fuerza fuiste tú misma.


Espejismos.

|

Esa mañana se despertó con una sensación extraña, estaba asustado. Pero sabía lo que tenía que hacer, entonces se levantó, se bañó y salió en busca de ella. Eran las once de la mañana cuando salió de la casa, los nervios y el miedo no lo dejaban tranquilo, pero tenía que hacerlo, no había otra opción, en esos momentos solo lo movía el deseo de poder verla, de preguntarle aquello que no lo dejaba tranquilo. Entonces al llegar allá la llamó por teléfono para que salga, ella le dijo que no sabía, que no había tiempo, que la decisión ya estaba tomada y no había nada que hacer. La voz de ambos era de tristeza, era inevitable aquello, sentir que nada sería lo mismo. Aunque luego de la insistencia de él ella accedió a que se vieran en ese momento, pero que solo sería un rato ya que debía volver a su casa, cosa que a él no le importó ya que solo quería verla, el tiempo era lo de menos con tal de poder tenerla en frente y ver aquellos ojos melancólicos pero que lo hacían tan feliz. Luego de esperar por veinte minutos en aquel lugar ella apareció, al verla solo pudo abrazarla, era difícil decir algo en una situación así, prácticamente la mayoría ya estaba dicho. Luego de eso la tomó de la mano y salieron de donde se encontraban, hablaban de cosas comunes, ninguno de los dos se atrevía o quería hablar de aquello, era una sensación incómoda para ambos. Finalmente él rompió con aquello que había en ese momento e hizo aquella pregunta que todos tienen en la cabeza el "¿por qué?", ella simplemente agachó la mirada sin decir nada...